El concierto que The Cranberries ofrecieron el pasado viernes 12 de marzo dió para mucho. Nos enseñó que siete años no son nada; que la voz de Dolores O'Riordan sigue intacta; que no están dispuestos a defraudar a sus fans; y sobretodo, que han vuelto para engrandecer su leyenda.
A priori muchos esperaban que la reunión traería consigo un notable deterioro en sus espectáculos. Sin embargo, la incombustible Dolores sigue dando guerra con su voz intacta y con sus peculiares movimientos encima de un escenario. Nadie diría que pasaron ocho años desde su última visita a la capital.
Antes de su salida los estadounidenses Outside Royalty calentaron el ambiente. La verdad tuve poco tiempo para verlos porque entré un poco tarde pero se nota que agradaron al público (me gustó sobretodo la canción "Palladium", que sí me dió tiempo a escuchar).
Pero el plato fuerte de la noche no se hizo esperar. Tenían tantas ganas de demostrar al público su buen momento de forma que empezaron incluso antes de la hora. En ese momento, el enorme telón negro dejó al descubierto un escenario pomposamente decorado en el que ya estaban Noel Hogan, Mike Hogan y Fergal Lawler. Fue entonces cuando sonaron los primeros acordes de "Analyse" y la gran Dolores entró a escena. Los decibelios aumentaron y a partir de ahí el concierto no decayó en ningún momento.
"It's so cold here in Madrid", gritó la cantante al acabar su primera canción, todo ello cubierta con una chaqueta blanca y la cabeza cubierta. Posteriormente siguieron con canciones más lentas como “When You’re Gone”, emotivas como “Ode To My Family”; cautivadoras como “I Can’t Be With You”; o simplemente míticas como “Animal Instinct” o “Linger”.
El espectáculo dio para todo e incluso tuvieron cabida canciones de los álbumes en solitario de la carismática Dolores. Así, sonaron también “Ordinary Day” y “The Jouney”.
“¿Estáis preparados para el rock?” Con esta frase Noel Hogan se destapó y dio paso a su potente guitarra con “Salvation”. A esta la siguieron muchas como “How” hasta que al fin llegó la esperada y comprometida “Zombie”.
Hicieron un descanso de unos minutos en el camerino y el clamor de la gente se hacía notar. Por eso, salieron y remataron con "Shattered", "Promises" y "Dreams". Acabaron y O’Riordan repitió la frase que la acompañó durante todo el concierto: “Gracias amigos”.
Por poner alguna pega a esta historia, decir que eché de menos canciones importantes como "Just My Imagination" u otras menos conocidas pero que personalmente a mi me encantan como "Delilah". Prometieron volver, y si es dentro de otros ocho años no pasará nada porque da la impresión de que no pasan los años por los de Limerick.
Aquí os dejo una grabación propia:
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