lunes, 3 de abril de 2017

Crítica: BALA — "Lume" (2017)


De BALA escucharéis lo típico casi siempre en todos lados: son un dúo femenino que suenan a grunge y stoner, blablablá. Aunque no lo parezca porque siempre se abren sus entrevistas con esa premisa, la cosa va más allá, quizás no mucho más allá ya que mantienen una influencia característica de esos géneros desde que debutaron en los escenarios, pero ya ha pasado un tiempo y cada vez encontramos más matices en sus composiciones. Con "Lume" ("fuego") han abierto el abanico a un sonido más crudo y duro. Ya no vamos a pensar tanto en Nirvana, Babes In Toyland, L7 y Kyuss al escucharlas como antes. Esta vez tenemos más alboroto. Además del grunge y stoner (que no deja de ser rock al fin y al cabo), tenemos condensada una amalgama variopinta de punk, hardcore y metal.

Sí es verdad que mucha gente como yo nos preguntamos qué pasaría si BALA fuesen un dúo masculino en vez de femenino: ¿tendrían el mismo éxito? Por desgracia, el género de quien proyecta la música se sigue utilizando como excusa para tomar una vara de medir según interese, algo sin el más mínimo sentido ni interés a lo que no merece la pena ni prestarle atención. Lo que he dicho puede dar lugar a malentendidos: no estoy desprestigiando el trabajo de Violeta (batería y voz) y Anxela (voz y guitarra) ni siendo machista, misógino ni nada de eso. Debo matizarlo para que no se interprete lo que no es, ya que solamente me cuestiono si el boom que están teniendo BALA como banda lo podría tener cualquier otro grupo en clave masculina o mixta, teniendo en cuenta la juventud, los pocos años de existencia (si no contamos el grupo previo, Calixta), la salida de solamente dos LP's que podrían ser EP's por contenido (ya arrasaron seriamente con su primera referencia), una extensa gira que además de por toda la Península llegará a Australia o Japón y ese patrocinio que les ofrece la marca de ropa urbana más que prestigiosa ya de Óscar Vales, Vazva. Suponemos que la cosa se centrará en contactos, el boca a boca y en que tanto Anxela como Violeta están metidas en el mundillo de la cultura desde hace años, ya que bandas de su estilo hay para dar y tomar.


Dejando de lado este paréntesis que me apetecía hacer y comenzando con la reseña de "Lume", he de decir que es un disco que visto por la superficie sin sumergirse demasiado vuelve a quedarse escaso de minutaje y canciones. Las primeras sensaciones te llevan a pensar que es un trabajo hecho con prisa (no tanta como su debut, eso sí) y que no parece estar bien centrado debido a ese "mix" de letras en tres idiomas diferentes (castellano, gallego e inglés), pero a decir verdad es que una vez escuchamos un par de veces esta mezcla condensada de riffs potentes y guitarras distorsionadas y  baterías retumbantes y potentes cambiamos el punto de vista.

"Lume" es un disco que va pegando saltos y te acostumbras a él con las escuchas. Es directo, con actitud y sonido punk a pesar de esos nuevos matices más duros y metálicos que pueda tener. Más agresivo y mejor concebido que "Human Flesh" a pesar de los detalles a mayores. Es diferente a pesar de tener el alma todavía intacta. Eso sí, una vez le pegas las escuchas que ves convenientes parece desinflarse debido a su limitación y ya te lo comes del tirón para bien y para mal como quien ve pasar un coche, lo que les da un pro de digeribilidad y a la vez un contra de indeferencia.

En cuanto a lo que he sentido en el campo instrumental: me sigue pasando lo mismo que ya me pasó y pensé que no se iba a repetir, como me pasó con el minutaje. La pega principal que le puedo encontrar a este nuevo trabajo es que esa muralla de sonido que crea la guitarra tiene su doble cara. Los riffs son duros, potentes y fortalecen ese sonido que absorbe todo lo que se encuentra por medio, pero... Hay un momento en el que la guitarra de Anxela parece que se queda a medio camino, que le está pidiendo más gasolina y cambios rítmicos. Repito que los riffs me encantan por si no se ha notado, son un ejemplo de "menos es más" claro, de que no hace falta para nada ser Satriani o Ray Vaughan para molar, pero te llegan a saturar hasta querer decir: "me voy a otra cosa, con esto ya he escuchado todo". No hay duda de que transmiten lo que pretenden: una pedrada de mala hostia en toda tu puta cara bonita, pero al contemplarlos con más sibaritismo el asunto se te puede quedar corto de miras. Necesitas más. Puede que unos cortes de guitarra más punzantes y agudos para romper el hilo rutinario de graves y algo vagos rugidos de cuerdas o una progresión diferente que siga más esos ritmos de batería de forma independiente sirvieran para aferrarse del todo. Algo más hábil que no sea tan constante. Sin duda la batería es la que lleva el timón del grupo junto a la dupla de voces intercaladas de Anxela y Violeta y la guitarra no hace más que mantener la carrera, sin dar juego a más.



Es posible que lo más molesto (por ponerle un adjetivo) de este disco sea su duración. Soy repetitivo con ello porque así siento que debo ser. Hablo de molesto porque te deja a medias. Otra vez. Solamente diez minutos más o un par de canciones, no sé. Se intuye que lo que se quiere dar a entender aparentemente es un balazo, valga la redundancia. Un balazo rápido, certero y eficaz. "Lume" es eso: veloz, potente y eficiente. Pero vuelve a pecar de poco en muy pocas canciones (solamente 9). Seguramente si durase más de 50 minutos acabaría uno hasta los huevos de escuchar riffs repetitivos (para repetitivo y denso ya está el "Dopesmoker" de Sleep, por ejemplo) y no me agarrarían tanto (o sí, quién sabe). Un punto medio estaría bien. Ni me des demasiado ni me dejes con hambre es como resumiría todo. A pesar de los pesares, yo no voy a ser el que cambie a un grupo con mi opinión que siempre trato de que sea sincera y que no tenga ningún tipo de influencia externa. Ellas y supongo que su productor han decidido que esto sea así bajo sus ideas, conceptos, influencias y conocimientos. Esto, lo dejo bien claro desde ya, es siempre respetable: cada uno que haga lo que quiera y lo que le salga natural y sincero. De no ser así, mejor despedirse de los ruedos musicales, que no estamos en el caso. Pese a mis "peros", admiro a este grupo porque no me mienten cuando lo escucho aunque pueda discrepar en algunas cosas como he hecho. Es difícil mentirme con un disco, y estas dos amigas sé que no lo hacen.

Lo que no dudo en absoluto es que la metralla de BALA va a funcionar de lujo en directo como viene haciendo. Son una formación que cuaja perfectamente de cara al público y es ahí donde te ganan de verdad. Es recurrente decir esto de muchísimas bandas, pero con BALA esto se cumple al 100%. Es imposible no dejarte el cuello cabeceando al ritmo de sus canciones en un concierto de ellas. Te alimentan bien con esos dos amplis de guitarra que te dejan despeinado y esa batería con V de violencia que hace temblar los sesos de la gente. A BALA no les vamos a pedir baladas ni hits, les vamos a pedir balazos. Y los dan. Sin piedad. El gatillo no lo dejan reposar en ningún momento. Son de guerras breves, pero son capaces de romper cristales y echar abajo muros sin dejar vivo a ni Dios.



(↑) Destacable: "Colmillos", "Upside Down" "Omertá" (¡¡Ojocuidao!!), "Flapper", "Vives" y "Humo"; la agresividad tan directa con la que juegan y la atmósfera de caña y no cesar que crean; el primer y último tercio del disco; la batería incesante (escuchad "Humo" y ya me decís); la originalidad para hacer de riffs sencillos y bastante similares algo adictivo, pegadizo y duro; que sus puntos débiles como son la simpleza y brevedad puedan convertirse en su característica más atractiva; si haces skate, BMX o algo similar puedes gozar mucho con BALA como B.S.O.

(↓) Mejorable: Con "Vitamina", "Liar" (quizás la canción más aburrida que tienen), y "Luces" (ya no queda tiempo para llorar, escapar y... ¿follar?) te puedes venir un poco abajo; lo plana y simple que puede llegar a ser la guitarra; la duración de poco más de 20 minutos del trabajo; que a la cuarta o quinta escucha, cuando parece que ya te han agarrado para no soltarte, te entren ganas de dejar tirado el disco unas semanas o meses hasta que las veas en directo; la duda que parece rondarles de si tirar por el inglés, castellano o gallego (aquí el voto lo tiro hacia el castellano).

NOTA: 6'99/10.