sábado, 9 de octubre de 2010

Analizando..."Kingston Wall" (Homónimo)

Para los que no hayáis oído hablar de este grupo (que me imagino que no soys pocos), Kingston Wall surge en 1987 en la ciudad de Helsinki (Finlandia), fundada por el cantante y guitarrista Petri Walli, un apasionado de la filosofía y la cultura oriental (lo cual se aprecia notablemente en su música). Junto a éste el grupo se complementa por Jukka Jylli al bajo y Sami Kuoppamäki a la batería.

El estilo del trío finlandés se clasifica dentro del rock psicodélico, a pesar de tener ciertas tendencias progresivas, marcadas por las influencias orientales de Walli junto a la improvisación y los largos desarrollos instrumentales.

Su primer álbum, publicado en 1992 es un clarísimo ejemplo de este sonido, además de ser en cierto sentido el más "rockero", o "directo" (por decirlo de otra manera). Deja ver también que una de sus más obvias influencias es Jimi Hendrix, más que nada porque en éste disco aparece una versión de la canción "Fire", que encaja perfectamente dentro del sonido del grupo, siendo fiel a la original al fin y al cabo.

Cabe destacar la estupenda técnica de cada uno de sus integrantes: por parte de Walli su voz tal vez no sea gran cosa, pero tiene cierto carisma. Aunque lo resaltable de él sea la guitarra, puesto que le da un amplio espectro de sonido gracias a sus efectos, entre ellos wah-wah, reverberación, delay, etc.

Por otro lado están las líneas de bajo sólidas de Jylli y la incombustible energía de Sami, cuya técnica se caracteriza por un excelente control de los redobles y ritmos sincopados, cosa que parece haber sacado bastante bien del que fuera batería de The Jimi Hendrix Experience, Mitch Mitchell.

Dentro de éste álbum podéis encontrar canciones llenas de energía y con melodías pegadizas, como pueden ser las tres primeras: "With My Mind", "Used to feel Before" y "I'm not the One". Y más adelante podréis deleitaros con cosas más lentas y con largos solos de guitarra, como son "Waste of Time" y "Nepal".

Pero el punto álgido del disco es la última canción, llamada "Mushrooms" siendo la más larga del disco con sus 21 minutos de duración, dividida en ocho partes.
Aquí es donde se explotan al máximos sus tendencias progresivas (mencionadas antes), con secciones instrumentales largas y una gran interactuación entre los instrumentos.

Sin duda este disco es una joya de principio a fin y os puedo garantizar a los que leáis esto que no os disgustará para nada.

Así que os dejo ya con "Nepal":

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